El último watsapp de Milford G
...La playa está llena de girones de espuma hasta donde alcanza la vista. Se mueven despacio, arrastrados por el viento. Cada ola trae más y más espuma, que se suma a la existente aumentando su volumen. Ahora parecen lobos marinos de espuma deslizándose perezosamente sobre la arena lisa cubierta de conchillas blancas y beige. Lobos marinos, rayas varadas en la orilla, peces inconsistentes y esponjosos, largas serpientes de mar... temblando al viento.
Yo estoy solo aquí. La playa se extiende sin fin, poblada por seres livianos y fugaces, como visiones oníricas. Es una danza lenta que me mantiene hipnotizado mientras avanzo hacia el horizonte, como un peregrino cuya brújula es el viento. No sé cuántas horas camino. Ahora las olas traen espumas soberbias y los girones forman figuras masivas: elefantes marinos, tortugas, ballenas sin retorno bajo un ocaso violeta... debo eludirlos, pero ya se van fusionando entre sí, creando largas barreras blancas. Entre ellas se deslizan espumosas mujeres huyendo al mar lavanda, donde se desvanecen.
Un último avance y ya es una profanación: el universo se hace espuma, no hay adelante ni atrás, sino un infinito sin direcciones. Ando a ciegas entre las burbujas iridiscentes, no hay salida de esta pureza irreal...
Aquí se corta el mensaje de Watsapp reenviado por un miembro de la FAO al grupo de investigación. Milford G es argentino, aunque su nick sugiera lo contrario. No hay rastros de él desde el pasado 6 de agosto.
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